Citas célebres

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Y aburrida, sin nada más qué hacer, estaba yo surcando perfiles de facebook, cuando, de repente, doy con el perfil de alguien que se me hace extrañamente familiar. Hasta que caigo en la cuenta, y como si de un instinto incontrolable se tratará hago click en su lista de amigos, en busca de aquel nombre que sé que estará ahí. Mi mente me decía "No, no lo hagas", pero mis dedos son más rápidos y no entienden de palabras, y mucho menos de advertencias, y en menos de un segundo lo han encontrado, y sin apenas vacilar hacen click en su perfil. Y allí está él, con su semblante serio, como de costumbre, sin ningún ademán ni esperanza de que aquella línea recta se curve cóncavamente, aunque sólo sea un poco... Sí, así es, se trata de aquellos mismos labios que me robaron mi primer beso. A su izquierda, una chica, de no mucha más edad que la mía, se encuentra abrazándole sonriente. Sí, lo sé, me lo advertiste, me dijiste que no lo hiciera, que me dolería, pero ya lo sabes soy masoquista y me gusta hacerme daño. No he podido evitarlo, necesitaba echarle un último vistazo, aunque como consecuencia, ahora mi corazón se encuentra llorándolo, a él, que no se merece ni una de mis lágrimas...

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