Citas célebres

martes, 7 de septiembre de 2010

Aquella chica de la mirada aceituna...

Y allí estaba ella, la chica de la mirada aceituna, riéndose a carcajada limpia de una manera espontánea e incluso infantil. Con el tiempo llegué a diferenciar los tipos de risa que tenía,  y de todas, la que más me gustaba era esa: con la boca completamente abierta, se podían ver con claridad la precisión de sus dientes, todos perfectamente delineados, enmarcados por aquella hermosa curva que se formaba en su boca al reír, mientras de los ojos brotaban lágrimas de la risa. Me hubiera gustado haber podido guardar en una cajita aquella risotada que desprendía, para contemplarla cada vez que quisiera, pero tenía que conformarme con aquellos escasos y afortunados momentos en que me obsequiaba con una de sus risas, cosa que por su exigüidad la hacía aún más especial. Otra de las cosas que más disfrutaba de aquella joven, era perderme en sus ojos, jamás había visto una mirada igual: de ojos grandes y almendrados, su iris poseía miles de tonalidades diferentes que iban desde el verde turquesa pasando por destellos dorados hasta llegar al borde de su pupila con un color miel. Me encantaba adentrarme en sus ojos y pasearme por sus padreras, hasta que mi placer se veía interrumpido cuando ella, tímida, agachaba la mirada, sonreía toda picara y me decía " Deja de mirarme así, me vas a gastar los ojos", y yo con una sonrisa socarrona y cara de embobado, la besaba dulce y largamente hasta que nuestros labios acababan consumiéndose de desgaste.

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