Qué rara y curiosa es esa sensación en que estás buscando algo, buscas por todo y no lo encuentras, rincones, cajones...pero no consigues hallarlo. Hasta que el día menos pensado, aparece y te das cuenta que ha estado frente a ti todo este tiempo, tú buscando por los sitios más inhóspitos, y allí estaba... Las cosas a veces son tan simples y fáciles, que pueden llegar a parecer difíciles. Bueno, os preguntaréis a qué viene todo esto, ¿verdad? No, no he encontrado ni mis llaves, ni mi cartera jaja, he encontrado algo mucho más importante,a mí misma. Sí eso mismo, a mí misma!!
Todo este tiempo esforzándome por encontrame, por conectar con mi verdadera personalidad, saber quien soy, leyendo miles de libros, buscando por internet... hasta que ayer por fin caí en la cuenta, yo soy YO, así de simple y conciso. Sí,lo sé suena banal, y seguro que pensáis "¡Vaya estupidez! tanto esfuerzo para saber esto, pues ya ves tú qué misterio..." Pero, así es, yo no soy ninguna etiqueta ni ningún adjetivo, todo esto son sólo complementos que me ido y me han ido añadiendo durante mi existencia, y que yo misma me los he creído, llegando incluso a ser así como me tildaban: yo no soy ni tímida, ni cabezota, ni lista, ni fea, ni guapa, ni mejor ni peor, simplemente soy YOOOOO!!!
Como dice un poema de Salinas:

Para vivir no quiero
islas, palacios, torres.
¡Qué alegría más alta:
vivir en los pronombres!

Quítate ya los trajes,
las señas los retratos;
yo no te quiero así,
disfrazada de otra,
hija siempre de algo.
Te quiero pura, libre
irreductible: tú.
Sé que cuando te llame
entre todas las gentes
del mundo,
sólo tú serás tú.
Y cuando me preguntes
quién es el que te llama,
el que te quiere suya,
enterraré los nombres,
los rótulos, la historia.
Iré rompiendo todo
lo que encima me echaron
desde antes de nacer.
Y vuelto ya al anónimo
eterno del desnudo,
de la piedra, del mundo,
te diré:
"Yo te quiero, soy yo."



Yo soy yo misma, por fin, he entendido el verdadero significado de ser uno mismo!!
Sólo me tengo a mí y al presente, el pasado es memoria y el futuro imaginación.
¡Qué alegría más alta vivir en los pronombres!